Encuentran fragmentos inactivos de gripe aviar en leche adquirida en el supermercado

Washington, 20/05/24 (Más / IA).- Durante un estudio realizado por el Instituto Broad del MIT y Harvard fueron detectados fragmentos inactivados del virus H5N1, conocido como gripe aviar, en una muestra de leche pasteurizada adquirida en supermercados.

A pesar de que la pasteurización inactiva el virus, evitando la infección en humanos, el hallazgo suscita preocupación entre los expertos en salud pública.

Pardis Sabeti, genetista del Broad Institute, enfatiza la importancia de mantener las granjas protegidas y prósperas mediante pruebas y vigilancia.

El objetivo de estas pruebas es prevenir la exposición al virus entre los trabajadores agrícolas y consumidores de productos lácteos no pasteurizados.

A nivel nacional, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, en inglés) encontró fragmentos virales en el 20 por ciento de las muestras de leche de 38 estados, y estudios adicionales en Ohio e Illinois reportaron tasas de positividad aún mayores.

Estos resultados indican que el virus podría estar más extendido en las granjas lecheras de lo que se conoce actualmente.

La preocupación principal es que a medida que el virus se propague, podría desarrollar mutaciones genéticas que faciliten la infección en mamíferos, incluidos los humanos.

Hasta ahora, solo unas 30 personas han sido examinadas para detectar el virus en todo el país.

Catherine M. Brown, epidemióloga estatal de Massachusetts, asegura que la leche del estado sigue siendo segura, excepto la leche cruda, que siempre representa un riesgo debido a la posible presencia de patógenos bacterianos.

El virus H5N1 ha causado la muerte de decenas de millones de aves desde su llegada a Estados Unidos en 2021 y ha mutado para infectar a mamíferos.

En Nueva Inglaterra, la industria láctea se ha protegido en cierta medida de la exposición al brote debido a prácticas regionales específicas, como la rara subcontratación del cuidado de terneras fuera del estado.

La región ha perdido más de 10 mil granjas lecheras en los últimos 50 años, lo que ha llevado a una mayor dependencia de la leche de otros estados. La producción de leche en Nueva Inglaterra es mucho menor que el consumo de sus residentes, lo que plantea desafíos adicionales en la gestión de la seguridad alimentaria en la región.