Una recuperación muy lejana

Lic. Marco Campos Mena

Bastante lejana es como vemos la recuperación económica en nuestro país, y no es para menos, después de todo, las cifras económicas esperadas por los representantes de la 4T se ven por demás fantasiosas e imposibles de cumplir incluso durante los próximos seis años.

En palabras de López Obrador, antes de darse cuenta de que no lo iba a lograr y buscó la excusa de otro indicador, México debería crecer 6% por año con las medidas que se implementarían durante este sexenio, un 36% a final de sexenio, pero todo apunta a que nos estamos quedando un 30% debajo de ese estimado.

Si bien es cierto que la pandemia jugó un papel importante para que la meta económica no se pudiera cumplir, también lo es que las cifras económicas ya iban en fuerte declive con anterioridad a esta, es decir, “la pandemia les cayó como anillo al dedo” para que no los culparan de pésimo manejo de la economía.

Las cifras alegres que vemos posteriores a la época de pandemia corresponden a la reactivación de la economía, no a un buen desempeño.

Digámoslo así, si un negocio va con sus ventas a la baja, luego de cerrar o tener una actividad limitada durante el confinamiento, al reabrir de tiempo completo obviamente va a registrar más ventas en comparación con los meses que duró cerrado o limitado, ¡eso no es crecimiento! Es recuperación.

Cabe señalar que la recuperación tampoco fue como para alcanzar las cifras que teníamos previo al confinamiento, pues, fue hasta apenas el año pasado que se comenzaron a ver cifras por encima de lo que se tenía, pero marginales.

Hacia el final de este sexenio se espera que el crecimiento total, con suerte, alcance el 6% y eso gracias a un fenómeno totalmente ajeno a las acciones gubernamentales, nos referimos al near shoring.

La realidad dista mucho de la narrativa mañanera de la cual somos víctimas constantes de sus engaños.

Si hablamos del índice “bienestar” como lo quieren hacer llamar ahora, este lo tenemos cada vez más lejos con la pérdida del poder adquisitivo por factores inflacionarios.

Cada que va al supermercado no puede evitar hacer algunos corajes por culpa del aumento de precios, y esto no se ve que vaya a parar pronto, al contrario, se espera que las cifras vuelvan a tener un repunte tras la desaceleración que hubo en el indicador de la inflación.

Las guerras ayudan a la economía siempre porque activan sectores económicos que en muchas ocasiones requieren un impulso mayor, sin embargo, también tienen sus efectos negativos que no pueden ser dejados de lado.

En el caso de nuestro país, el conflicto bélico entre Israel e Irán está ocasionando que la paridad de cambio juegue en nuestra contra pese a que ello a su vez significa que nuestra competitividad como país barato se incrementa.

Para nosotros, como ciudadanos, el aumento en el salario mínimo no representa una mejoría en nuestras finanzas, por el contrario, nos hemos dado cuenta de que necesitamos una cantidad mayor de dinero para completar el gasto diario y por si no fuera suficiente, nuestro sueldo, como tal, no aumentó en la misma proporción que este.

Tenemos elementos para creer que nuestras finanzas se seguirán viendo comprometidas por más de una década, entre ellos destaca la TIIE que no se perfila para un descenso suficiente a corto plazo.

Seamos claros, la TIIE entre más alta, más contribuye a reducir la inflación y a su vez desincentiva el consumo con el crédito, lo cual puede reactivar la economía, pero a su vez, impacta a otros sectores y al reducir sus ventas (como en el caso automotriz) y sin duda impacta a todos los usuarios de tarjetas de crédito quienes ven casi impagables los intereses.

Hay otro elemento del que casi no se habla y que será clave para hacer un pronóstico de los próximos seis años, la deuda contraída durante este sexenio.

No hay que olvidar que fue promesa de campaña no endeudar al país, sin embargo, llevamos 6.5 Billones de deuda contratada y de los cuales, al menos 1.6 son para gasto corriente de este año en curso.

A este paso, sin dinero para mantener el funcionamiento del Estado y con la cantidad de problemas que se tienen que resolver, no habrá oportunidades para desarrollarnos como debemos o siquiera solucionar los problemas con los que ya contamos, por ejemplo, el congestionamiento vial que requiere inversiones enormes para solucionarse y no hay dinero que se pueda gestionar con la federación para ello.

A este paso no vemos para cuando mejore nuestra situación y solo podemos esperar que podamos ser nosotros quienes generemos más dinero para ser el sustento mínimo de nuestras familias.