Por Horacio Cárdenas Zardoni
¿Cómo andan de baches las calles de su colonia? Recordará usted que luego de las tupidas lluvias de mediados de año, la ciudad de Saltillo quedó bastante maltrecha, en lo que a pozos, baches y lo que parecían auténticos socavones en algunas de las avenidas y calles. Ni modo, ¿Qué preferimos, que las calles no se dañen nunca, o cargar con los desperfectos que ocasionan las indispensables lluvias?, a lo mejor lo deseable sería que el bacheo en la capital de Coahuila fuera de tan alta calidad que no sufriera daños por el reblandecimiento del material y por el paso de vehículos en exceso pesados, pero como sabemos, eso está por encima de lo que las administraciones están dispuestas a programar y a gastar.
Así que ni modo, a aguantar. Luego de aquellas lluvias el ayuntamiento tuvo que armar un programa emergente para la reparación de las calles. Se organizaron brigadas de bacheo que recorrieron la mancha urbana a marchas forzadas, tratando de reparar los desperfectos antes de que se hicieran más grandes, nos consta que cuando no se arregla un bache, este tiene la tendencia a crecer en extensión y en profundidad, eso tanto si llueve como si no llueve, y en este último caso, más.
Sí, le echaron muchas ganas, y sin embargo la gente se quejaba de que los trabajos no avanzaban con la velocidad que hubieran deseado. La razón es que… Saltillo ha crecido demasiado, y los daños se registraron por todos lados, de aquí a que llegaran a la colonia de uno, podía pasar un par de días, dos o tres semanas o varios meses, eso era cosa de suerte, o a lo mejor de influencias, pero también estas estaban limitadas por las posibilidades de atención del personal del municipio.
A estas alturas del mes de diciembre, la gran mayoría de los baches quedaron cubiertos, y otros se han hecho, ya no por las lluvias que han escaseado a finales de año, sino por el uso normal. Es parte de la función de mantener en condiciones los sitios comunes en la ciudad.
Pero no sé si usted se ha fijado que, andando por la calle de Victoria y en las cercanas a esta que es la calle más emblemática del centro histórico de la capital de Coahuila, que hay una cantidad de baches descomunal. Ya ve que Victoria está empedrado en la mayor parte, o quizá en toda su longitud, bueno, pues yo no sé si la separación entre los bloques es tal que permite que el agua pase al subsuelo y allí se acumule, contribuyendo al reblandecimiento del sustrato, lo que a la larga propicia que al pasar vehículos pesados se hunda. Esto suponiendo que el material no se quiebre a consecuencia del hundimiento, pues al perder la horizontal es probable que se fracture. Son muchos los puntos sobre Victoria donde hay baches, que obviamente, no tendrían porqué estar allí.
Peor se la cuento, si usted circula por Obregón, antes de llegar a Victoria, y una vez cruzada esta, hay unos baches que ya excedieron con mucho la definición de lo que entendemos por un bache. Eso ya son hundimientos, que dificultan bastante el tránsito en los carriles en donde están, hay que invadir el otro carril, o arriesgarse por los baches, con el peligro de dañar el carro o las llantas, a menos que lo haga con suficiente lentitud. Esto último no lo hacemos todos, y es que ¿Quién iba a pensar que hubiera un hoyanco tan grande, en esa calle, tan principal.
El ayuntamiento se ha mostrado omiso en la reparación de la calle Victoria, y estamos seguros que esto no es una mera casualidad. Al contrario, han de estar pensando en anunciar en los próximos meses una ‘intervención’ como le dicen ahora, de mayor envergadura, una que probablemente incluya el mobiliario urbano, las banquetas, y todo lo demás que está dañado, algunas cosas desde hace varios años, y a los que le hace más que una mano de gato.
Pero existe una diferencia entre una reparación rápida, que resuelva el problema inmediato, y una gran obra que probablemente mantenga cerrada la calle por semanas o meses, como ocurrió la última ocasión que le metieron mano, por allá en el sexenio de Humberto Moreira Valdés, cuando era gobernador.
También está el asunto del costo. No es lo mismo una reparación de algunas decenas de miles de pesos, que resuelva la inmediata necesidad de devolverle a los conductores la capacidad de circular por esa avenida, que los millones que se requieren para una intervención de grandes proporciones, en la que además, se diluye la aplicación del dinero entre una diversidad de rubros, y que no pocas veces termina con que no se aplique las sumas que deberían para una reparación adecuada y hassta sobrada de lo que realmente hace falta.
Conste que no tenemos información de que se vaya a programar algo para la calle Victoria, lo sospechamos por el abandono en que se encuentra. El peor escenario es que ni la reparen ni haya programa, y que se siga deteriorando a ojos vistas de propios y extraños.
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