Lic. Marco Campos Mena
Esta semana escuchamos de voz de Andrés Manuel una de las frases que más marcarán la carrera presidencial del próximo año. En la mañanera dijo que se podría retirar, incluso morir tranquilo… porque logró que se redujera la pobreza en nuestro país.
Lo anterior tiene un gran mensaje que tenemos que entre líneas deja ver que está preparando el camino para que durante el próximo año las decisiones ejecutivas no sean las de él, sino de su sucesora.
Claro, podemos dejar abierta la posibilidad de la que hablan muchos, es meramente especulativo, que sabiéndose más enfermo de lo que revela, está listo para dejar la presidencia anticipadamente por defunción, partiendo bajo el manto de su autopercepción de que el país se encuentra mejor y que será recordado como un héroe.
Lo cierto es que eso es solamente una de las falsas realidades que se maquillan con unos pesos y la memoria tan corta de muchos mexicanos, que, dicho sea de paso, que rápido se olvidan los atropellos y errores.
Haciendo un análisis de algunos de los precios que se pagan en los supermercados por los por productos de uso diario, a lo que llamo el indicador más preciso de la inflación, esta se estaría ubicando alrededor del 90% en un lapso de 5 años únicamente.
Si bien, en 2018 la inflación fue una de las más bajas, hay que reconocer que eso no es algo que se logra de la noche a la mañana, como se quiso hacernos creer, requiere años de trabajo, reformas y tiempo para su implementación.
Quizás por cuestiones ajenas a la voluntad humana, llamémosle pandemia, la inflación fue marcada durante 2020 y 2021, más la reactivación traería consigo un efecto deflacionario al haber nuevamente mayor producción y, por tanto, oferta. Bueno, eso se quedó solamente en la teoría.
¿Cómo llego a esa conclusión? La verdad, con buena memoria de algunos precios hace algunos años y comparándolos con los de ahora, otros son un poco más fáciles de consultar.
El papel de baño, algo que si o si usamos todos los mexicanos, es un excelente indicador para saber cuanto aumenta este producto básico. Cada quien conoce sus marcas y precios y en mi caso puedo decir que el que la marca de mi elección pasó de $80 pesos el paquete a $150 esta semana. ¿cómo lo ha percibido usted en la marca de su elección? Contemple también que la cantidad de hojas y metros han variado para no afectar tan drásticamente el precio.
En 2018 la Coca Cola de 600 ml aumentó de $12 a $14 por lo que tomemos con ese sesgo $14 como nuestra medida de referencia. Hoy puede encontrar esa misma presentación en $18, un aumento del 28%.
El plátano pasó de encontrarse en casi todos los super mercados a $10 a $19 en promedio, un 90%.
¿Qué decir del limón y la naranja? Actualmente podemos encontrarlos en precios de $80 por kilo.
Del mismo modo hay variaciones en múltiples productos que van desde el 30% hasta el 120% de aumento, lo cual vuelve cada vez más complicado completar con un sueldo la misma despensa.
Si consideramos el gramaje de los productos, la mayoría han mermado para mitigar ese aumento de precios, algo nada alentador considerando que cada vez nos alcanza para menos tanto en pesos como en gramos.
Considerando lo anterior y que la mayoría de los mexicanos no se vieron beneficiados con el aumento del salario mínimo, el poder adquisitivo se ha visto reducido y contrastándolo con el indicador socioeconómico, estamos cada vez más batallando para formar parte de la clase media, la cual requiere un ingreso mensual entre $22,000 y $80,000 en promedio (considerando variaciones regionales).
Consulte en las páginas de empleo y verá que los sueldos para puestos que requieren cierto nivel de preparación son de entre $8000 a $12,000 mensuales, lo cual dista mucho de la clase media.
¿Dónde se redujo la pobreza?
Desde una perspectiva podría ser que a la gente se le dieron más pesos con las becas y el apoyo a los adultos mayores, pero ¿a que costo? Ahora no encuentran medicamentos y tienen que pagarlos de su bolsa, el dinero les dura menos ahora en realidad, pero sienten más pesos en la bolsa aunque compren menos con ellos.
No descarto que es necesario incrementar esa cifra para ayudarlos, pero, no es la solución como tal, a final de cuentas el gobierno requiere recaudar más y somos los ciudadanos mismos quienes pagamos más para repartir ese dinero.
Lo que se tiene que corregir es la política económica de este país, ¡no está funcionando! Se aumento la Tasa de interés de referencia para reducir la inflación, esto como medida para desincentivar el crédito y que se manejara más dinero en circulación constante, pero está pasando lo contrario.
El problema radica en que con la Tasa de interés alta se paga más en intereses y es dinero que se resta del flujo de dinero para hacer circular en la sociedad, en otras palabras, se suprimen algunas compras como la alimentos de antojo y servicios para destinar ese dinero al pago de los intereses.
El mexicano no cederá en su estilo de vida, prefiere privarse hasta de comer pero no se deja de comprar un carro nuevo o un celular a crédito y allí es donde todo falla.
El aparente crecimiento está haciendo que quienes más ganen sean las instituciones de crédito y las grandes compañías.
Si todo ese dinero que se paga en intereses está dejando de circular, no es difícil entender por que las bajas ventas en los negocios, la economía se empieza a frenar y para poder mantener el estilo de vida se requiere cada vez más dinero, con lo que poco a poco se empobrece a las familias.
La pobreza no ha reducido, se incrementa cada día y del mismo modo son cada vez más quienes ya no completan con lo que ganan y buscan nuevos ingresos para compensar.
Cuando AMLO habla de la reducción de la pobreza, ¿a quienes se refiere? ¿Quiénes son los que se han beneficiado realmente?