Cerro del Pueblo

Por Heriberto Medina

El pataleo del caudillo

La jornada electoral del domingo será un mero formalismo, un requisito para oficializar lo que desde hace meses ya se sabe, el PRI ganará, cumplirá 100 años gobernando Coahuila y será Manolo Jiménez quien ocupe el cargo a partir del primero de diciembre. El destino de Coahuila se decidió el 12 de diciembre del 2022 cuando Morena anunció la postulación de Armando Guadiana Tijerina y con ello, sin percatarse de las consecuencias, quebró por dentro al morenismo coahuilense y puso en riesgo la sucesión presidencial del 2024.

El Pacto

Si camina como gallina, hace como gallina, parece una gallina y además pone huevos, no lo dudes, es una gallina. Desde que comenzó el coqueteo entre el PRI y Morena, cuando empezaron a  agarrarse cariño, cuando comenzaron a negociar se advirtió de la posibilidad de un acuerdo en el que el PRI cedería el Estado de México a Morena y el partido del presidente haría lo mismo con Coahuila; esa versión se fue confirmando punto por punto: el PRI lanzó a una candidata débil en la entidad mexiquense y acá los guindas nombraron al aspirante con menor posibilidad de triunfo, luego, inexplicablemente, como si fueran unos inexpertos, los priistas del Edomex no hicieron nada para fragmentar el voto opositor y convirtieron los comicios en un referéndum en donde los ciudadanos tendrán que elegir entre el blanco y el negro. Hoy, en ambas entidades el resultado está cantado, Delfina Gómez le lleva entre 18 y 20 puntos porcentuales de ventaja a Alejandra del Moral y Manolo Jiménez supera a Guadiana por un porcentaje similar, si hace como gallina, seguramente es una gallina, si parece un pacto, seguramente es un pacto.

Hasta donde chispeó la bala

Para algunos es una desgracia, para otros es una fortuna, el caso es que la elección de Coahuila coincide con la del estado con más electores en todo el país, el Estado de México y es la antesala de la elección presidencial, Tal vez fue por eso que en la muy probable y casi obvia negociación a Morena se le hizo agua la boca de tan solo pensar en el cúmulo de votantes que podría obtener con miras a la elección presidencial en un estado con más de 10 millones de electores, hasta parecía mentira que a cambio tuviera que ceder una entidad donde solo hay más de 2 millones de sufragantes, la lógica matemática era irrefutable, no había lugar para el error, no había pierde, pero ocurre que la política es mucho más que solo operaciones matemáticas y ahora lo que ocurre en Coahuila es una suerte de vaticinio trágico para Morena, un mal augurio.

El Caudillo también se equivoca

Pero qué pasó en Coahuila y en qué consiste ese agüero del mal que tanto parece afectar a Andrés Manuel López Obrador y su círculo más cercano de allegados. Bueno pues ocurre que el caudillo también comete errores, también a él le falla el cálculo y entre los planes del obradorismo no estaba el que el entonces subsecretario de seguridad, Ricardo Mejía Berdeja no aceptara la decisión del líder y optara por lo improbable: lanzar una candidatura por su cuenta. Al principio la élite guinda no percibió las consecuencias, al fin y al cabo Mejía Berdeja, solo, no tenía posibilidad alguna de ganar, pero no es un improbable triunfo de ese personaje lo que preocupa al Presidente, es el hecho de que en Coahuila se rompió la sociedad electoral ganadora y esa ruptura inició con la decisión del PT de prestar su organización para lanzar a Ricardo Mejía como candidato a gobernador.

Y el PT no fue el único asociado que se volvió independiente, el Partido Verde siguió sus pasos y en Coahuila le pareció más redituable negociar con el PRI y apoyar a quien el PRI le dijera y en este caso le dijo a Evaristo Lenin Pérez Rivera, a no, perdón, fue el auto corrector, lo que realmente quise decir es que aquí en Coahuila el Verde, solito, sin que nadie le diera nada a cambio, decidió apoyar a la opción más débil, es decir a Pérez Rivera quien actualmente no pasa del 5 por ciento de las preferencias, bien raro verdad, que el verde decidiera apoyar a alguien sin recibir nada a cambio.

El escenario de Coahuila trajo como resultado que el PRI le metiera una paliza a Morena y la lectura es que cuando se rompe la alianza morenista, el PRI y el PAN pueden ganar. Fue precisamente por eso que desde el centro del país comenzaron la operación manita de puerco, presionar a los líderes de los partidos hasta que se doblaran y la dirigencia nacional del verde se dobló y anunció públicamente su apoyo a Guadiana. Como todos sabemos, Guadiana ya no gana ni con chochos, pero, como ya explicamos, lo que le interesa a los guindas es no dejar un mal precedente con miras al 2024.

Todavía falta una semana para la jornada electoral y las presiones a nivel federal seguirán, habrá que ver si el PT se dobla y se une al candidato morenista, podría pasar, pero también podría ser que el Partido del Trabajo adquiera más valor en el mercado de las alianzas electorales y en una de esas apoye a los contrarios de Morena en el 2024 y de esa forma se convierta en la opción que decide quien gana o quien pierde la elección presidencial.

Hoy por hoy el PT puede venderse mucho más caro si sigue en la contienda coahuilense, en cambio si se retira su poder de negociación será menor.

Amanecerá y veremos, por lo pronto quedó claro que Morena perdió lo más por lo menos en una negociación que indicaba lo contrario.